lunes, 20 de febrero de 2023

Sí Tiene Nombre

 Esta sensación de silencio que traspasa la lluvia,  la música de Mahogany, esta bebida caliente que suelta un humo cada vez más difuminado, 

Esta sensación de no querer moverme del sillón porque es rumbo a la cama, y saber que hoy fue un día que pasó sin nada realmente significativo, que nada de lo que se hizo hubiese roto la rutina de los días. 

Este cigarrillo que me acompaña aunque me esté matando. Esta idea de sentirme mucho mejor por buscar a Dios. Todo eso se puede nombrar de una sola forma.

Soledad. 




miércoles, 15 de febrero de 2023

Indefensos

 Parece el título de una obra dramática. Pero en parte así es. Resultado de mi ansiedad que aparece con mucha cautela en los momentos donde usualmente debería estar ganando confianza en mí. 

Siento terror y angustia. Mi estómago se siente débil y sin apetito. Es delicado sentir eso ya que por salud no debería descuidar ciertas cosas que han funcionado.

Pensaba que tomar ciertas decisiones me harían libre, que estaba atrayendo lo bueno a mí. Todo lo contrario. Mis decisiones han traído como un espejo la indiferencia de los hombres y la soledad. Sentirse realmente solo, perdido y con miedo, porque perdí y sigo perdiendo. Lo curioso es que tenía un sostén que no me gustaba porque a la vez me generaba fatiga. Desprecio y sensación de no andar en la vida. Jejeje

Resulta que ahora sí camino pero hacia el vacío. Que horror esto. Tal vez lo único que me acompaña es mi cama, la música, mucho sueño y la súplica espiritual que me haga creer que realmente no estoy solo.

No tengo idea de qué más debo compensar. No tengo idea de cómo controlar mis pensamientos y cómo enfocar esa luz que otros ven en mí y yo no puedo.

Seguir. Caminando sin esperar, pensando en la muerte como el final más certero. Ojalá sea lo menos dolorosa y compasiva posible.

Sólo puedo decir que todo lo que he hecho, no ha sido buscando daño consciente ni en mí ni en otros.

Tengo la muerte por delante, hay aceptación pero el terror no se aleja. Puedo decir que si algún día esto es leído, quiero que quede claro que lo peor es ir hacia un abismo completamente solo. Con tu fe y un oso de felpa como únicos compañeros en este fin de ciclo.





jueves, 9 de febrero de 2023

 Hoy fue un día denso. Una vez más el terror me mostró sus dientes. Lo difícil fue sentir que ya no tengo la misma fuerza de antes.

Pero acá estoy, sobreviví y ya es la noche. Igual tengo miedo de la noche pero es lo que hay y debo dejar que transcurra. Hubo algunos consuelos. Bellos fragmentos literarios y espirituales, un poco de lluvia y una sesión de esperanza pensando en crear oportunidades.

Vivir con depresión va más allá de un asunto Neuroquimico, es vivir con el alma angustiada extremadamente sensible. Luchar con pensamientos que no sabes de donde provienen pero te invaden y te quitan la atención y la intención.  Uno puede entrenar la mente, creo en eso. Pero cuando hay eventos externos que también alimentan tus pensamientos, entrenar la mente se vuelve un completo sarcasmo. 

Pero insisto, acá estoy. Agradecido porque termina el día y espero haya un nuevo día donde se sienta mucho mejor estar aquí. La muerte no puede ser una opción a menos que no sea un acto de dignidad ante la enfermedad o un accidente que sigue mostrando que el destino es más poderoso que cualquier intención o vibración. Mientras eso no ocurra, no quiero ser una estadística, no quiero ser un show morboso de redes sociales y miradas curiosas que luego harán conjeturas. Finalmente, que importa; ya estaré muerto. Pero por qué servir mi cadáver de alimento para la enfermedad existencial de esta época donde el otro es un objeto vacío lleno de accesorios superficiales?

Prefiero creer que viene algo más. Prefiero seguir escribiendo y dándome consuelo que todo es para bien, que muchas decisiones por las cuáles hoy sufro, fueron el resultado de pensar en mí. De darme un lugar y creer en algo mejor. A fin de cuentas, la vida es una sucesión de intentos; a veces acompañados, a veces solitarios. 

Finalmente termina este relato con dolor de cabeza, con asombro por ver cómo hay días donde conoces el infierno, donde no hay grito que capte la atención porque la soledad es abismal. No proviene de los otros sino de sí mismo.

Finalmente me voy a dormir. Espero una bonita noche y un buen descanso, porque a pesar de todo, aún creo que merezco lo bueno.



Un día Inmóvil

 Ha pasado medio día. Medio día en que he estado dormido, y los pocos momentos en que despierto soy sonámbulo. Se llevaron mi mente, la raptaron hacia un lugar donde no sé ubicarme.

La gente me dice que eres dueño de lo que piensas, y en ese momento digo; tienen razón. Tan sólo para encontrar el mismo abismo como si fuera un agujero negro, se roba la energía. Me duele la cabeza, pero no es un dolor físico. Es como si estuviera agotada. Cómo si necesitara descansar.

ya no sé cuanto tiempo llevo en una lucha de este tipo, me extraña y me consuela saber que aún dispongo de energía. Incluso cuando escribo, siento que la energía vuelve a mí poco a poco. No resuelve nada, pero me reconforta y me regala dosis extra de existencia y sostén en el tiempo.

Aún me cuestiona saber por qué esta paralisis en el tiempo. Por qué los días se pasan con este abandono de mí. Curiosamente pensaba que necesitaba de otros pero ya no es así. No extraño nada realmente y me importa poco el devenir, aunque siempre elevo oraciones esperando lo mejor.

Justo en este momento, tengo dos cebaderos de pájaros. escucho sus cantos y recuerdo que estoy vivo, que interactúo con ellos y ellos me regalan un poco de satisfacción. son cantos en medio del silencio. Cantos que no descifro, pero me acompañan en la historia que construyo, resuenan, me dicen algo. van hasta mi mente cansada y algo tiembla en ella gracias a sus sonidos.

Así sea por esto, es lo que aún me regala buenos momentos. Y esos momentos me los estoy dando yo que finalmente soy con los convoco.




Empezando a escribir

 En mi país son las 5:12 de la mañana. Llevo un poco más de una hora despierto después de haberme despertado súbitamente mientras soñaba con la muerte.

Pensamiento intrusivo, pensamiento agresivo que siempre está instalado esperando cualquier momento para revelarse. Definitivamente dudo mucho de quien sea el que tenga el control. Claramente no soy yo porque de ser así, anularía estos pensamientos.

Pero sí hay algo que puedo hacer, buscar recursos. Una vez más, seco una lágrima que se escapa y me pongo a escuchar la música de Philip Glass. Pero eso antes fue peor. Ese artista tiene tanto que decir son sus melodías, parece que conoce muy bien lo incapaces que somos a veces de usar la palabra para expresar lo que ni siquiera podemos nombrar, y que ni el mismo psicoanalisis logra en sus complejidad. Nombrar el vacío. Algo está contenido allí pero cómo nombrarlo si es vacío. 

En fin, me dispongo entonces a pensar qué puedo hacer para evitar el pensamiento oscuro de la muerte. Miro por el balcón, fumo un cigarrillo y contemplo esa luz en la montaña frente a mí. Luz a la que siempre acudo en memoria de cosas que alguna vez me mostraron enorme alegría pero que luego, sin ser su intención,  me llevaron a la más profunda pena. Si conocí el amor, fue por esa luz. Si conocí el verdadero dolor, fue por esa luz. (Tal vez algún día pueda hablar en detalle de esa luz, de ese símbolo que algún día tuvo nombre y fue materia).

Vuelvo a mi dormitorio, y pongo a Dieterich Buxtehude. Yo sé. Qué excéntrico soy con mis gustos musicales. Singularidad o histrionismo, no lo sé. Pero me hace sentir mejor pensar que hay cosas por las cuales aún puedo sentir apego a la vida y la música es una de ellas.

Así nace este blog. Así nace este espacio para hacer catarsis, porque es lo mejor que puedo hacer, escribir. Escribir sin técnica, pero  desde el alma, asegurando que al momento de escribir estas líneas, minutos antes hubo una fuerte lucha por no buscar la muerte y quedarme aquí un día más. 

Tal vez es la fuerza interior, tal vez sea el creador del universo. Pero una vez más, cuando no tenía nada más en qué pensar, aparece la vida y me da esta opción. Escribir. 

Peregrino.






Sí Tiene Nombre

 Esta sensación de silencio que traspasa la lluvia,  la música de Mahogany, esta bebida caliente que suelta un humo cada vez más difuminado,...